EspacioCiencia.com

¿Sabes por qué los meses de julio y agosto son los más calurosos del año?

Para muchos, el solsticio de verano solo es el inicio del calor y los días de playa pero ¿Qué pasaría si te dijera que es mucho más?

El solsticio en la historia

El solsticio ha sido uno de los momentos más importantes del año para las antiguas civilizaciones. Hoy día se ha trasladado la celebración al 23 de junio con las llamadas hogueras de San Juan, al igual que para la agricultura siguen siendo fechas importantes para organizar los cultivos.

NOVEDAD WHATSAPP: ¡Recibe GRATIS las últimas noticias de astronomía del momento! Pincha aquí para entrar en nuestra comunidad de WhatsApp

Fijaros en la relevancia histórica: en el Antiguo Egipto se construyeron las pirámides en una ubicación que hacía que el sol del solsticio de verano estuviera entre ambas si uno miraba desde la Esfinge. Los incas, los mayas, los celtas con el monumento de Stonehenge, han celebrado los solsticios ya sea con ritos como con construcciones para ello.

Solsticio de verano, la inclinación de la Tierra

El funcionamiento de este mundo es absolutamente impresionante. ¿Sabías que la inclinación del planeta cambia en el solsticio de verano? Concretamente se produce una inclinación del eje norte-sur de la tierra 23,4 grados hacia el Sol, de manera que las distintas regiones del planeta reciben cantidades de luz diferentes. Por ello, en España comenzamos el verano y en Argentina comienza el invierno.

Es más, durante este día y solo durante este día, el Polo Norte está más inclinado hacia el Sol que cualquier otro momento del año. Es un día único. Un día que solo ocurre cada 365 días y eso le da un valor incalculable.

¿Y cuál es el efecto que esto produce?

Imagínate, si pudieras estar en el hemisferio norte estarías viviendo el día más largo de tu historia, mientras que la noche sería increíblemente corta. Y, sin embargo, si estuvieras ubicado en el hemisferio sur, estarías viviendo el solsticio de invierno disfrutando del día más corto del año.

Que hablemos de inclinación, no quiere decir cercanía. Un mito erróneo es que el planeta está más próximo al Sol durante el verano, y más si cabe durante el solsticio de verano, pero ¡no es así! El astrónomo Hammergren afirma que «durante el verano del hemisferio norte, en realidad, estamos a más distancia del Sol», lo que implica que esta creencia cae por completo.

Lo genial de esta situación es que el planeta no deja de sorprendernos. Ante tanta exposición solar durante este día especial, la Tierra se protege a través de la atmósfera y el océano, ambos trabajando como una barrera para un calor que podría ser insoportable. Ambos tienen la función de absorber y reradiar los rayos solares que han captado pero, atención, toda esa energía que acumula durante un día, solo podrán librearla durante semanas ¿Y cuáles son esas semanas? Los días más calurosos del año, la estación de verano, que suelen ser los meses de julio y agosto. Impresionante.

El astrónomo Robert Howell, astrónomo de la Universidad de Wyoming lo explica a través de una comparación con el funcionamiento de un horno convencional, que realmente me ha parecido súper visual y que nos acerca a comprender el funcionamiento del solsticio del verano y del verano mismo: «Si lo comparas con encender un horno, a este le lleva bastante tiempo calentarse. Y después de apagarlo, tarda un buen rato en enfriarse. Pasa lo mismo con la Tierra».

Compartir en: Twittericono twitter Facebookicono facebook Pinteresticono pinterest

También te puede interesar