El terremoto de escarcha, también llamado «criosismo», es un fenómeno poco común pero bastante curioso que se da cuando hay agua o nieve en el suelo y se produce una bajada muy drástica de las temperaturas. Ese agua, que se ha colado por las grietas y recovecos del suelo se transforma en hielo y, en determinadas situaciones, puede hacer temblar los cimientos. Se da, sobre todo, en zonas especialmente frías, como Alaska, Canadá o Europa del Este., tuvo lugar en Tavlikangas, en Finlandia, uno de los mayores terremotos de escarcha de la historia. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
¿Qué es un terremoto de escarcha y cómo se produce?
A pesar de que la denominación de terremoto de escarcha suena imponente, es un fenómeno que debe preocuparte menos que un terremoto al uso. También conocido como criosismo, un terremoto de escarcha es una combinación de circunstancias meteorológicas y geológicas que derivan en un fenómeno poco habitual.
Para empezar, para que se dé un terremoto de escarcha, el suelo debe estar cubierto de agua, ya sea líquida o congelada. Obviamente, esta evento se da, sobre todo, cuando una capa de nieve están en proceso de derretirse. Esto hace que el suelo absorba más agua de la habitual y siente la primera base del terremoto de escarcha.
El segundo paso implica una bajada rápida y pronunciada de las temperaturas. La caída debe ser tan señalada que el agua que se ha filtrado por el suelo, se congela y, obviamente, implica su expansión en forma de hielo.
La expansión del hielo provoca el agrietamiento y rotura del suelo con las consecuencias que ello implica en quienes están cerca, con el añadido de un sonido tremendo del suelo crujiendo. Algunos testigos de terremotos de escarcha hablan de sonidos similares a alguien golpeando la casa de forma violenta o un disparo con una escopeta.
Curiosamente, cuando el suelo está cubierto de nieve, a pesar del frío, la propia nieve hace de aislante y evita que el agua que se filtra llegue a congelarse.
Las circunstancias para que tenga lugar un terremoto de escarcha son demasiado específica y es un fenómeno que, por tanto, no se da demasiado a menudo. Obviamente, cuando lo hace, casi todo el mundo lo confunde con un terremoto normal y cunde el pánico. La realidad es que las consecuencias de un terremoto de escarcha son mínimas, salvo el daño estructural que sufra el suelo.
Zonas con temperaturas bajas y cambios bruscos de temperatura como Alaska, Europa del Este o Canadá son más propensas a este fenómeno.
El terremoto de escarcha más recordado
Para poner en situación de cómo es un terremoto de escarcha, nada como recuperar uno de los más recordados. Ocurrió en plena ola de frío, en el desconocido municipio de Tavlikangas, ubicado en Finlandia.
El terremoto de escarcha fue de tal magnitud que se sintió a casi 15 km de la zona. Y a pesar de ello, tan sólo hubo que lamentar la rotura de una carretera y el sótano de una casa cercana. Es decir, uno de los terremotos de escarcha de mayor magnitud de los últimos tiempos, causó un daño estructural mínimo.
En Estados Unidos, ciudades como Chicago, Pittsburgh o Minnesotta han incrementado la aparición de terremotos de escarcha, debido al cambio climático y la caída media de las temperaturas en invierno.