Siempre se ha pensado que la mejor manera de evitar una quemadura solar es ponerse a la sombra, ya sea bajo una sombrilla o un parasol pero ¿esto es real? Pues va a ser que no. A la sombra uno también se puede poner moreno o incluso llegar a quemarse.
¿Cómo se produce una quemadura solar?
Para poder entenderlo bien, tenemos que hablaros primero de la estrella más brillante de todas, el Sol.
A pesar de que no lo podemos percibir a simple vista, el Sol emite un gran número de radiaciones. Sin embargo, sí que podemos ver la luz cuando se encuentra comprendida en el rango de longitud de onda de 400 nm (violeta) y 700 nm (rojo). Lo mismo sucede con la llamada luz ultravioleta, que es una luz que se emite con una longitud de onda más allá del color violeta.
Esta última siempre está presente cuando uno se encuentra bajo el sol intenso, aunque hay que tener en cuenta que existen tres tipos de radiaciones ultravioleta:
- Tipo A: afecta a los seres humanos de forma superficial pero no produce ningún daño sobre la epidermis o la pigmentación.
- Tipo B: ésta radiación es la que va más allá de la superficie y puede producir las quemaduras solares, o incluso aumentar el riesgo de aparición de melanoma. A su vez, estimula los melanocitos de nuestro organismo, responsables de sintetizar la melanina que es el pigmento que hace que nos veamos más bronceados.
- Tipo C: este tipo de radiación no nos llegan por la capa de ozono.
Al estar muy expuestos a la luz ultravioleta, que como hemos mencionado la de tipo B puede ser dañina para la piel, nuestro sistema inmunitario responde aumentando el flujo sanguíneo de las zonas afectadas por esta alta exposición. De esta manera, se produce el típico enrojecimiento en la piel que comúnmente llamamos quemadura solar o inflamación de la piel.
¿Por qué me puedo quemar a la sombra?
Una de las primeras cosas que tienes que tener bien presente es que el Sol siempre reina en el cielo, incluso aunque no lo estés viendo. De esta manera, tu piel se puede quemar los días nublados o incluso cuando estás a la sombra.
La dermatóloga Inés Escandell lo explica “en la sombra recibimos menor cantidad de UVA y UVB”, ambos son rayos ultravioleta, “Dependiendo de dónde nos encontremos, también a la sombra recibiremos más o menos radiación. Por ejemplo, cada tipo de suelo refleja un porcentaje diferente de ultravioleta, y mientras que el asfalto solo refleja aproximadamente el 2% de la radiación, superficies como la arena (17%) y en especial la nieve (85%) reflejan porcentajes más importantes de radiación y en ese caso también podríamos quemarnos”.
¿Cómo protegerse del sol entonces?
La primera recomendación sería evitar la exposición solar continuada durante las horas de mayor incidencia, que es de 12 a 17 horas. En ese horario es mejor dedicarse a otra cosa que a ponerse en una toalla bajo el sol. Si estás a la sombra, sigue prestando atención a tu cuerpo.
Utiliza protectores solares. En mi caso, he comprobado en mi propia piel cómo los protectores solares naturales funcionan muchísimo mejor que los industriales de supermercado o de farmacia. Infórmate bien sobre todo eso que dicen de los diferentes factores que anuncian, qué ingredientes llevan y cómo afectan al mar.
Por último, ten en cuenta que el tipo de ropa que lleves te protege más o menos del sol. Te protege más el algodón grueso que el lino fino, así como te protegen más los colores oscuros que los claros, pues en ellos es más fácil que alcance la radiación. Así lo explica Escandell.
