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Funciones vitales: nutrición, relación y reproducción

Las funciones vitales son los tres procesos que realizan todos los seres vivos para sobrevivir. Es decir, las funciones vitales son: nutrición, relación y reproducción.  La nutrición es fundamental para los seres vivos. La comida y la bebida proporcionan nutrientes vitales para la supervivencia. También cuentan con la energía que necesitamos. Los seres vivos interactúan con su entorno y se relacionan con el fin de la reproducción para perpetuar la especie.

Las funciones vitales: Nutrición

La primera de las funciones vitales es la nutrición. Básicamente, un ser vivo necesita alimento para sobrevivir y tener energía pero, lo que muchos desconocen, es que dentro de esta función de nutrición se incluye la función de respiración. Pensadlo un momento únicamente, puede que a los seres humanos respirar no nos alimente pero sin el aire no estaríamos vivos, mientra que para las plantas el aire se convierte en parte fundamental de su desarrollo. Por tanto, que no os extrañe que las funciones vitales solo sean tres, respirar está dentro de ésta.

La función de respiración, por tanto, es un proceso de vital importancia pues a través de este ejercicio automático el ser vivo absorbe oxígeno, el cual es imprescindible para poder hacer la combustión de los nutrientes de las células. De esa combustión de nutrientes es de la que el ser vivo obtiene la energía tan necesaria para estar vivo y realizar el resto de procesos.

Continuando en esta línea, todos somos conscientes que para poder realizar la función de nutrición es necesario que lleven a cabo diferentes y varios procesos. En concreto, los procesos de la nutrición son tres: ingestión, metabolismo y excreción.

Procesos de la nutrición: Ingestión

Cualquier alimento que sea introducido en el interior del organismo para mantenerse con vida se llama ingestión. Existen dos tipos de alimentación: autótrofa y heterótrofa

  • Autótrofa – La alimentación autótrofa es la que se nutre elaborando su propio alimento. Un ejemplo de ello sería la vegetación, a través de la fotosíntesis. Ésta sintetiza el CO₂ y las sales minerales, además de absorber el agua necesaria para hidratarse. 
  • Heterótrofa – La alimentación heterótrofa pertenece al grupo que precisa de alimentos encontrados en la naturaleza para subsistir. Estos serían los humanos, los animales, los hongos… ¿Sabías que varios tipos de bacterias también se incluyen en este tipo de alimentación? Es más, nos encontramos con distintas categorías dentro de la nutrición heterótrofa basada en los diferentes alimentos que introducen:
    • Hervíboras: En esta se incluyen aquellos seres vivos que únicamente se alimentan de las plantas, nada más.
    • Carnívoras: en esta categoría se incluyen aquellas especies que se alimentan únicamente de otros animales, por tanto, comen carne. Con frecuencia, las presas suelen ser los animales hervíboros.
    • Omnívoras: esta categoría describe a aquellos animales que se alimentan tanto de otros animales como de plantas u otras especies. El mayor ejemplo del animal omnívoro es el ser humano, hablamos desde la generalidad, pues sabemos que hay seres humanos que mantienen dietas reestrictivas.

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Procesos de la nutrición: Metabolismo

El metabolismo es el proceso se digestión que se da en el organismo, tras la ingestión de los nutrientes necesarios para la vida y tener energía. Este proceso se encarga de distribuir los distintos nutrientes en la circulación sanguínea, tejidos, células y todo el cuerpo, para la correcta función de los órganos y así poder regularlos.

Procesos de la nutrición: Excreción

Cualquier tipo de nutriente es aprovechado por el metabolismo en el organismo. Ahora, una vez procesados los nutrientes y repartidos, proteínas, minerales, vitaminas… los desechos son expulsados a través de las heces, la orina o el sudor, al menos en los seres humanos y animales.

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En las plantas, los desechos se van acumulando en sus tejidos, formando metabolitos secundarios, que son los desechos no necesarios en las plantas. En los organismos pluricelulares, estos eliminan las sustancias tóxicas y ayudan a deshacerse de los desechos de nuestro cuerpo.

Las funciones vitales: Relación

La segunda de las funciones vitales es la relación o interacción. Básicamente, los seres vivos, por naturaleza, se relacionan con los seres de su entorno, para garantizar la supervivencia. Esto incluye los animales y los humanos. La relación con otros seres vivos es necesaria para poder perpetuar la especie en el tiempo.

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La relación en los animales

La relación en los animales surge de forma natural. Esta relación se apoya tanto en una coordinación nerviosa como en una relación con coordinación hormonal. En este punto, en la coordinación nerviosa, aparecen tres elementos

  • Coordinación hormonal
    • Receptores – Son los encargados de recibir información a través de los sentidos. También se encargan de la estimulación gracias a unas células sensibles.
      • Mamíferos – Los sentidos en los mamíferos son similares al humano: gusto, olfato, vista, oído y tacto.
      • Artrópodos – Son especialistas en captar distintas sensaciones a través de sus antenas: sus sentidos son olfato, gusto y tacto.
      • Peces – Los peces perciben sensaciones a través de un órgano situado en los lados de su cuerpo llamado línea lateral. Con ella puede sentir el movimiento de otros peces o la presión del agua.

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    • Sistema nervioso – El segundo elemento que participa en coordinación nerviosa es el sistema nervioso. Es el que recibe la información de los receptores, la procesa, busca la respuesta y envía la información a los efectores para que la lleven a cabo.
    • Efectores – Los efectores son los órganos encargados de cumplir las órdenes del sistema nervioso.

La coordinación hormonal

Como acabamos de comentar, las glándulas segregan una sustancia química llamada hormonas. Las hormonas en los animales pasan a la sangre y éstas se establecen en una parte concreta del cuerpo. Tanto en los animales vertebrados como invertebrados, las hormonas regulan y estimulan todo lo relacionado con la reproducción. Es la conocida coordinación hormonal.

En algunos insectos, la hormona se encuentra en la envoltura del cuerpo, en la muda. Las larvas, por ejemplo, a medida que se hacen grandes cambian su caparazón, y cuando son adultas se transforman (la metamorfosis).

Las funciones vitales: Reproducción

Por último, la más relevante de las funciones vitales es la reproducción. Tan sencillo como que sin reproducción asistida, la extinción estaría asegurada. Así, la reproducción es necesaria para mantener la vida en el planeta, crear descendencia y conservar las especies en todo el mundo.

Dicho lo cual, hay dos tipos de reproducción: asexual y sexual

  • Reproducción asexual – La reproducción asexual es la más antigua que existe en nuestro planeta. Para ello solo se necesita un ser, la célula por ejemplo. Ésta se divide en dos o más partes y crea otro ser idéntico a ella.

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  • Reproducción sexual – Para este proceso de reproducción sexual se necesita una pareja de sexo opuesto. Cada uno de los seres tiene su propio órgano reproductivo. Cada uno de ellos tiene unas células concretas, los gametos. La unión entre gameto masculino y gameto femenino forma un cigoto.

Existen seres vivos que pueden tener los dos tipos de reproducción, esto quiere decir que, pueden ser sexuales o asexuales. Los hongos, por ejemplo, algunas plantas, las avispas, estrellas de mar, medusas…

  • Reproducción vegetal – Los vegetales tienen gametos y esporas (células reproductoras). A partir de la reproducción asexual, se producen las esporas, y cuando éstas son adultas se forman los gametos (reproducción sexual). Éstos son expulsados al exterior y tras la fecundación, sale otra que produce otras esporas.

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Hay vegetales que se reproducen por fragmentación. Esto quiere decir que, de los fragmentos sale otra planta. Principalmente con tallos, pero a veces también por fragmentos de hojas.

Y otra reproducción vegetal, es la que se lleva a cabo a través de la formación de propágulos (propagación vegetativa). Las células se desprenden de la planta y se propagan, formando así nuevas plantas de la misma especie. Esta es una de las funciones vitales necesarias para la proliferación de la vegetación.

Reproducción animal y humana

La reproducción animal y humana está dividida en cuatro grandes grupos:

  • Vivíparos – En la reproducción vivípara, los macho tienen gametos (espermatozoides) en los testículos. Las hembras tienen óvulos y estos se ubican en los ovarios. El macho introduce los espermatozoides en el interior de la hembra. Tras la fecundación se forma el zigoto, que se desarrolla en el interior de la madre, el cual dará lugar a un nuevo ser en un tiempo determinado. Un ejemplo de vivíparos son los mamíferos y el ser humano
  • Ovíparos – Los espermatozoides son depositados dentro de la hembra. Una vez realizada la fecundación, ésta pone los huevos con un envoltorio duro (la cáscara), donde se desarrollará el embrión. Este tipo de reproducción, es llevada a cabo por las aves, reptiles, algunos mamíferos y peces cartilaginosos.

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  • Ovulíparos – Este tipo de reproducción se lleva a cabo por los anfibios y peces óseos en el agua, donde la hembra deposita sus óvulos y el macho los riega con sus espermatozoides.

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  • Ovovivíparos – En este último grupo, los huevos se depositan en el interior de la hembra, donde se desarrollan, pero no comparten sustancias. Estos huevos son expulsados justo antes del nacimiento o cuando acaban de nacer en su interior. Serpientes y tiburones.

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