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Estructura de la geosfera: composición de corteza, manto y núcleo

Los estudios geológicos, y en particular la sismología, han llevado a considerar el interior de la Tierra como una sucesión de capas concéntricas de diferente composición y características. Desde un punto de vista físico, nuestro planeta está formado esencialmente por la corteza, el manto y el núcleo terrestres, pero dado el tamaño y la diversidad de estas capas, se hace una distinción adicional entre la corteza, el manto, el núcleo externo y el núcleo interno de la tierra.

En este artículo os hablaremos de la estructura de la geosfera: composición de corteza, manto y núcleo, así como de otros componentes y sustancias que forman parte de su estructura.

La Geosfera

La Geosfera es nuestro planeta Tierra. Siendo más específicos, la Geosfera es la parte solida de la tierra. Desde el exterior, donde habitamos los seres humanos, hasta el centro mismo de la esfera que forma nuestro planeta. La Geosfera se estructura a través de capas concéntricas y su composición es principalmente a base de rocas. La Geosfera se divide en corteza, manto y  núcleo terrestre.

Estructura y composición de la Geosfera

Atendiendo al modelo geoquímico de la Tierra, la Geosfera está compuesta principalmente por  rocas, que a su vez están compuestas por uno o varios minerales. Por tanto, la Geosfera está compuesta de minerales. Su composición no es homogénea y según vamos profundizando en la superficie terrestre el tipo de minerales que encontramos va cambiando.

Los minerales que componen la Geosfera están estructurados, en su mayoría, en capas concéntricas, si bien, éstas tampoco son homogéneas  y no tienen la misma medida por todas sus partes. Es decir, si cortáramos la tierra por la mitad, como si fuera una manzana, veríamos las diferentes capas que configuran su interior y observaríamos como no todas estas capas miden lo mismo en todas las partes de la circunferencia.

El estudio del interior de nuestro planeta, con una profundidad de alrededor de 6.300km, ha supuesto y sigue suponiendo un reto para la ciencia. Gran parte de los conocimientos que tenemos vienen de dos sistemas: el estudio  directo de las rocas superficiales (entre 2 y 15 km de profundidad) para determinar la composición y el tipo de mineral; el método sísmico, que estudia la transmisión de las ondas sísmicas en el interior del planeta y que, en función de la velocidad de dicha transmisión nos indica el tipo de mineral y la densidad del interior del planeta.

Gracias a estos estudios se han podido delimitar las llamadas discontinuidades sísmicas, que son puntos a cierta profundidad donde se observan cambios de velocidad en las ondas sísmicas debido a la variación del tipo y densidad del mineral que componga esa capa.  Las discontinuidades catalogadas hasta el momento son:

Discontinuidades de segundo orden: aquellas que suponen una variación progresiva de la velocidad.

  1. Discontinuidad de Conrad. Solo aparece bajo la corteza terrestre dividiendo ésta en dos.
  2. Discontinuidad de Repetti. Localizada a unos 700km de profundidad.
  3. Discontinuidad de Lehmann. Localizada a unos 5.100 km de profundidad.

Discontinuidades de primer orden: aquellas que suponen un cambio brusco en la velocidad.

  1. Discontinuidad de Mohorovicic.  No está localizada a la misma profundidad en todos los puntos del planeta, asignándole normalmente un valor medio de 50km de profundidad.
  2. Discontinuidad de Gutemberg. Se localiza a 2.900 km de profundidad.

Estas dos discontinuidades de primer orden se consideran las líneas de separación entre las distintas partes de la Geosfera: corteza, manto y núcleo.

La corteza terrestre

La corteza terrestre se extiende hasta la discontinuidad de Mohorovicic, que como hemos visto no es uniforme, de modo que la corteza tiene una profundidad mínima de alrededor de 10km y una máxima en torno a los 70 km. Constituye el 1,6% del volumen terrestre y el 1% de su peso. La composición de la corteza terrestre es también muy heterogénea, siendo sus componentes más abundantes el oxigeno (O), el silicio (Si), el aluminio (Al), el calcio (Ca) y el hierro (Fe).

La corteza terrestre se divide en corteza continental y corteza oceánica.

  1. Corteza continental: tiene un espesor variable que va desde los 25 km hasta los 70 km y su composición es variada, pero compuesta principalmente por rocas metamórficas, sedimentarias, volcánicas y graníticas. Es más gruesa pero más ligera que la corteza oceánica. Ocupa el 47% de la superficie terrestre.
  2. Corteza oceánica: tiene un espesor que va de los 6 a los 12 km y se compone de rocas basálticas como elemento principal, aunque también tiene una composición variada.

El manto terrestre

El manto terrestre se extiende desde la discontinuidad de Mohorovicic hasta la de Gutemberg, es decir que va desde el final de la corteza terrestre (a unos 70km) hasta los 2.900 km de profundidad. Constituye el 82% del volumen terrestre y el 69% de su masa y  está compuesto principalmente de silicio (Si), hierro (Fe) y magnesio (Mg).

En el manto terrestre la temperatura va aumentando según va adquiriendo profundidad, comenzando alrededor de los 600 grados en el manto superior, hasta los 3500 grados en los límites del manto inferior. Lo mismo que ocurre con la densidad, que es más alta según nos vamos acercando al núcleo.

El manto terrestre está dividido en:

  1. Manto superior, que comprende hasta los 1000km de profundidad.
  2. Manto inferior, que va desde los 1000km hasta los 2.900km de profundidad.

El núcleo terrestre

El núcleo terrestre se extiende desde la discontinuidad de Gutemberg, a 2.900km de profundidad hasta el centro de la tierra, a unos 6.300 km de profundidad. El núcleo constituye solo un 16% del volumen, pero un 30% de su masa. La densidad es tan elevada en el núcleo terrestre debido a su composición, cuyos elementos principales son el hierro (Fe) y el níquel (Ni), junto con elementos más ligeros, como el azufre.

En el núcleo terrestre, al igual que en el manto, la temperatura también va aumentando con la profundidad. Se ha calculado que la parte superior del núcleo podría estar alrededor de los 3.500 grados, llegando en el centro a los 6.700 grados.

El núcleo terrestre está dividido en:

  1. El núcleo externo, que se extiende desde la discontinuidad de Gutemberg a 2.900km hasta la discontinuidad de Lehman, localizada a unos 5.100km de profundidad. Está compuesto de hierro y níquel, además de algunos elementos más ligeros, y está en estado líquido.
  2. El núcleo interno, que se extiende desde la discontinuidad de Lehman, a 5.100km de profundidad, hasta el centro de la tierra, a unos 6.300km. Está compuesto de hierro y níquel y algunos otros metales pesados, aunque en poca proporción. Está en estado sólido.

La interacción entre al núcleo externo, líquido, y el núcleo interno, sólido, junto con la rotación de núcleo provocada por la rotación del planeta y los componentes minerales del núcleo, son los causantes del campo magnético terrestre.

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