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Desarrollo sostenible: qué es y soluciones al problema de la degradación medioambiental

El desarrollo sostenible, lejos de ser una condición definitiva de armonía, es más bien un proceso de cambio tal que la explotación de los recursos, la dirección de las inversiones, la orientación del desarrollo tecnológico y los cambios institucionales se hacen coherentes con las necesidades futuras además de las actuales. Gracias al desarrollo sostenible podemos ser capaces de encontrar una solución a la degradación medioambiental . En este artículo os hablamos de ello y veremos los principios fundamentales que rigen al desarrollo sostenible y posteriormente una serie de diez medidas propuestas por Greenpeace para combatir la degradación medioambiental.

Qué es el desarrollo sostenible

A la par que el hombre satisface sus necesidades está comprometiendo los recursos terrestres y las posibilidades de futuras generaciones. He aquí un ejemplo claro de lo contrario a un desarrollo sostenible.

Si cortamos todos los árboles de un bosque sin dar tregua a una repoblación, lógicamente los recursos se acabarán y terminaremos sin madera. Otro ejemplo podría ser el petróleo.

No existe hoy día ningún sistema para crear petróleo partiendo de biomasa. El resultado será que a medio y largo plazo las reservas se acabarán.

Por tanto, podríamos definir el desarrollo sostenible como la capacidad de mantener nuestro ritmo de producción y consumo actual sin llegar a poner en peligro los recursos terrestres. Para ello se deben cumplir una serie de requisitos:

  • Cada región debe ser autosuficiente.
  • Hay que poner de manifiesto la importancia de la naturaleza y su conservación. En ningún caso se debe dañar la naturaleza puesto que esto traerá graves consecuencias para la especie humana.

  • La calidad de vida debe ser mejorada. No obstante nos referimos a la calidad de vida de todos los habitantes del planeta, sin olvidar a aquellos que son explotados en minas para que un sector del planeta pueda tener cubiertas todo tipo de necesidades.
  • Los recursos naturales deben ser debidamente gestionados. No es factible consumir un recurso de forma abusiva y mucho menos cuando no existe un medio para abastecer o de reposición de este recurso. Un uso razonable, económico y responsable de cualquier recurso es fundamental para crear un desarrollo sostenible.
  • Se deben promover al máximo los procesos de reciclaje y reutilización. Es una forma de ahorro y administrar energía y recursos.
  • La actividad económica debe en todo momento buscar el máximo respeto por el sistema ambiental. Debe haber una serie de controles y normas que regulen el respeto por el medio ambiente por parte del sector industrial.

  • El campo de investigación y desarrollo debe estar orientado hacia la búsqueda y desarrollo de energías limpias. Se debe indagar en este campo y buscar siempre una mejora continua.
  • Los ecosistemas dañados deben ser restaurados en el menor tiempo posible y de la mejor forma posible. No podemos dejar de lado los destrozos provocados.

Qué es la degradación medioambiental

Al principio del párrafo anterior se ha puesto un ejemplo claro de lo que no es desarrollo sostenible. Pues bien, en ese caso podríamos catalogarlo de un proceso que contribuye a la degradación medioambiental.

Si comprometemos los recursos naturales automáticamente estamos colaborando con la degradación medioambiental. Este modo de proceder tiene graves consecuencias para la salud y la propia existencia humana, sobre todo en generaciones futuras.

La degradación medioambiental es uno de los principales ataques que sufre nuestro planeta según las organizaciones mundiales. Hemos puesto como ejemplo la explotación de recursos hasta conseguir su agotamiento sin ningún tipo de reposición, pero hay otras formas en las que el medio ambiente puede ser degradado.

Como ejemplo a otro tipo de formas se deben citar los efectos de la contaminación, por ser una de las causas más importantes. Si las sustancias tóxicas que emanan de procesos económicos o domésticos de la actividad humana llega a un grado de concentración elevado, todos los habitantes del reino animal y vegetal de la Tierra sufrirán una serie de consecuencias muy graves para su existencia. Hablamos de actividades humanas tales como:

  • Emisión de gases por los vehículos domésticos y de transporte de mercancías.

  • Emisión de gases por parte de las fábricas en su proceso de transformación de materias.
  • Vertidos de sustancias químicas en procesos industriales.
  • Uso de pesticidas y abonos en la búsqueda de una mayor producción en la agricultura.
  • Tala indiscriminada de árboles.

Es necesario añadir que un simple hecho que afecte a la naturaleza tarda en reponerse por sí solo puede llevar varias décadas e incluso siglos. Hay otros hechos que por su alcance provocan un daño tan severo que el medio no es capaz de asumir el daño y reponerse por sí mismo. Un ejemplo de ello son las explotaciones agrícolas intensivas, las cuales despojan al suelo de su fertilidad mediante el uso de sustancias nocivas en alta concentración.

Qué soluciones se pueden aplicar a la degradación medioambiental

La organización Greenpeace propuso hace unos años unas diez medidas para evitar la degradación medioambiental. Estas medidas constituyen la mejor solución, puesto que tratan de evitar, prevenir o como se quiera llamar al hecho de no producir daño. Las medidas a posteriori son mucho menos efectivas. Vamos pues a analizar las mejores soluciones para evitar la degradación medioambiental:

  1. Ahorro energético
  2. Impulsar la energía solar
  3. Desarrollar un modelo de sector de la construcción que sea sostenible
  4. Ahorro, eficiencia y reutilización del agua. Esto contribuye a tener ríos más limpios.
  5. Consumo responsable, sobre todo en alimentos.
  6. Impulsar la recuperación y reciclaje de materiales. El objetivo es producir menos basura que es arrojada al medio ambiente.
  7. Impulsar el compostaje. Es decir la materia orgánica de nuestras basuras debe servir como abono natural a la tierra. De este modo combatimos el empobrecimiento de la fertilidad del suelo y a su vez reducimos el uso de abonos artificiales.
  8. Limitación al transporte en vehículos a motor. Sobre todo en ciudades, debido a la alta concentración de gases que producen efecto invernadero y contribuyen al calentamiento global.
  9. Poner freno y controles a la especulación con el suelo. La especulación urbana hace un modelo de sector de la construcción insostenible, que cada vez va comiendo más terrenos debido a la recalificación de los mismos.
  10. Participación ecologista. Es decir, una mayor presencia de actos ciudadanos con fines a que las administraciones públicas impulsen medidas en defensa del medio ambiente.

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