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Inmunidad natural y artificial o adquirida: sueros y vacunas

¿Alguna vez ha pensado en cómo funciona la inmunidad? Si es así, es posible que te hayas dado cuenta de que la inmunidad evita que nos enfermemos de diferentes maneras. Existen dos tipos de inmunidad, natural y artificial: La inmunidad natural ocurre cuando nuestro propio sistema inmune se encarga de protegernos de un patógeno. La inmunidad artificial ocurre cuando estamos protegidos de un patógeno por la inmunidad obtenida a través de las vacunas. Una tercera categoría, la inmunidad adquirida, que involucra la memoria de componentes físicos del sistema inmunológico para la protección, pero aún vale la pena discutirla en esta capacidad. Entonces, echamos un vistazo más de cerca a cada una.

Entramos de lleno en materia con la inmunidad natural.

La inmunidad natural

La inmunidad natural es el conjunto de procesos que previenen de forma espontánea a los individuos sanos de la infección por los agentes patógenos, es decir, se atribuye a anticuerpos presentes o que aparecen sin estimulo externo aparente. La inmunidad innata o natural es afectada por características fisiológicas o patológicas del huésped, como lo son:

  • Estado general de nutrición
  • Envejecimiento
  • Fatiga
  • Temperaturas elevadas
  • Alcoholismo
  • Balance hormonal
  • Patologías

Existen dos tipos de inmunidad innata o natural que son:

Inmunidad natural activa

Es el tipo de inmunidad la cuál es adquirida por un organismo frente a una enfermedad infecciosa. Se divide en primaria y secundaria. Siendo la primaria cuando el organismo se encuentra por primera vez frente al agente patógeno; y secundaria cuando ya no es la primera vez que lo ha sufrido.

Inmunidad natural pasiva

Se adquiere cuando a través de la leche materna (calostro) o la placenta se transfiere anticuerpos al feto.

Inmunidad artificial

Es la activación de una serie de mecanismos de defensas a partir de la aplicación de antígenos o anticuerpos. Puede ser de 2 tipos:

Inmunidad artificial activa

Puede ser inducida por una vacuna, una sustancia que contiene un antígeno (vivo, muerto, atenuado) y estimula una respuesta primaria contra el antígeno sin causar los síntomas de la enfermedad. Se la utiliza para prevenir la aparición de enfermedades, sus efectos son a largos plazos.

Inmunidad artificial pasiva

Es una inmunizan a corto plazo, inducida por la transferencia de anticuerpos a través de sueros o antídotos Se utiliza en presencia de una enfermedad, cuando el paciente lo necesita de forma inmediata.

Vacunas

Las vacunas son un producto biológico constituido por microorganismos vivos atenuados, muertos, o derivados de ellos, y pueden ser de origen viral o bacteriano. Hay 4 tipos de vacunas tradicionales, que son:

Vacunas vivas

Están compuestas por pequeños fragmentos de microorganismos causantes de enfermedad, ejemplo de esta es la vacuna preparada contra el virus de la hepatitis B.

Vacunas toxoides

Son compuestos tóxicos inactivados de microorganismo en casos donde estos causan la enfermedad, usados antes de un encuentro con el toxoide, ejemplo de este es la producida frente al tétanos y difteria.

Vacunas vivas atenuadas

Están compuestas de microorganismos cultivados en condiciones que inutilizan su capacidad de inducir la enfermedad. Estas respuestas son más duraderas y no requieren vacunas de refuerzos, ejemplos son las vacunas frente la fiebre amarilla, el sarampión, rubeola, y la parotiditis.

Vacunas inactivas o muertas

Están compuestas de microorganismos que han sido matados con sustancias químicas o calor y ya no son infecciosas, ejemplos de estas son las vacunas contra la gripe, el cólera, la peste, la hepatitis A. la mayoría de estas vacunas es probable que requieran vacunas de refuerzos.

La mayoría de las vacunas se administran mediante inyección hipodérmica ya que no son absorbibles a través del aparato digestivo. Las vacunas de microorganismos vivos atenuados como la poliomielitis y alguna contra el tifus y el cólera se administran por vía oral para producir una inmunidad asentada en el intestino.

La edad de vacunación

La edad para la vacunación es una consideración muy importante por cuanto los anticuerpos de la madre pasan al feto durante el embarazo y en los primeros meses de la lactancia, protegen al niño contra las infecciones, pero a la vez impiden que él pueda desarrollar la producción de anticuerpos adecuadamente, por lo que la vacunación en esta etapa de la vida no es satisfactoria.

La pauta básica de inmunización o vacunación contra la difteria, tosferina, el tétanos y la poliomielitis se debería efectuar a la edad más temprana, en la cual exista probabilidad de obtención de una buena respuesta inmune. No se debe administrar la vacuna viva del sarampión antes de los 9 meses de edad, pues no producirá inmunización debido a los anticuerpos maternos que les fueron transmitidos.

Un refuerzo de la vacunación contra la difteria, el tétanos y la poliomielitis, debería ser administrado hacia el comienzo de la asistencia escolar. Otro refuerzo contra el tétano y poliomielitis se debería administrar al dejar la escuela primaria, básica o inicial.

Sueros

La inmunoterapia pasiva o inmunoprofilaxis, siempre deben administrarse lo más pronto posible después de la exposición al agente ofensor. El anti suero inmunizante y la inmunoglobulina se suministran por vía intramuscular a menos que se especifique de otra forma. Siempre se debe interrogar cuidadosamente y probar la hipersensibilidad antes de administrar el suero.

La inmunización pasiva inducida se realiza en un receptor nuevo o inmunodeficiente mediante la transferencia de suero que proviene de un donante inmune o normal (hombre o animal), casi todas las inmunizaciones pasivas corresponden a la inyección de inmunoglobulina en forma de anticuerpos específicos a un antígeno determinado.

Aplicaciones

La seroterapia sigue teniendo aplicaciones valiosas como son:

  • Cuando el periodo de incubación no es suficientemente largo para proporcionar una protección activa mediante una vacuna, principalmente faltando un tratamiento curativo.
  • Cuando el antígeno no se encuentra sobre el agente infeccioso, como es el caso de la enfermedad hemolítica del recién nacido.
  • Cuando no hay una vacuna eficaz disponible.
  • En los estados de carencia inmunitaria.
  • En casos de infecciones múltiples.

La seroterapia tiene varios inconvenientes. Por lo común su efecto es de corta duración; por lo cual la seroterapia se reserva para los casos en que no existe tratamiento curativo, ni inmunización inducida activa.

Tipos

Podemos dividir los sueros usados en dos tipos:

  • Homólogos: procede de seres humanos
  • Heterólogos: procede de otras especies, generalmente de caballos, conejos, vacas y cabras.

El principal riesgo que se corre en el empleo del suero heterólogo (animal) son las reacciones de hipersensibilidad que se presentan, mientras que en el suero homólogo (humano) el peligro es la transmisión de enfermedades humanas, especialmente hepatitis y SIDA.

Preparados de seroterapia

En la inmunización pasiva (seroterapia) el efecto empieza de inmediato, cuando se administran anticuerpos específicos en cantidades adecuadas. Con este fin se han empleados varios preparados, los principales son:

  1. Anti sueros específicos de origen animal: los más conocidos son las antitoxinas diftérica y anti gangrenosa, el efecto es muy favorable.
  2. Sueros hiperinmunes de origen humano: se prepara en voluntarios sanos, que se inmunizan activamente y en forma intensa contra la tosferina, paperas, sarampión
  3. Ganmaglobulina: es un preparado comercial obtenido de placentas humanas, que garantiza un contenido apreciable de los anticuerpos encontrados en el suero y que administrados a personas con deficiencias inmunológicas las protege contras las infecciones más frecuentes. Sus indicaciones principales son la profilaxis de la rubeola, de la hepatitis y terapia de suplencia en las aganmaglobulinemias congénitas
  4. Globulinas especificas: se emplea en el tratamiento de las formas graves de algunas enfermedades que se presentan por falta de vacunación, en inmunodeficiencias Se prepara en humanos y contiene altas concentraciones de anticuerpos específicos contra un virus o bacterias. Las más usadas son las Globulinas contra el sarampión, paperas, tosferina, tétanos y factor RH.

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